Las entrevistas personales eran el eslabón más sensible de la cadena de acceso al Cuerpo Nacional de Policía. Las preguntas tienen por objetivo determinar si el aspirante está en condiciones de entrar o no en el cuerpo. En función de las respuestas, se va conduciendo la aptitud del entrevistado. Pero por muchos baremos que se establezcan, siempre hay un margen para la interpretación, para los detalles subjetivos.

Y eso es precisamente lo que se quiere eliminar. ¿Cómo? Grabando con una cámara de vídeo las entrevistas de todos los aspirantes. Las imágenes constituirán una prueba en caso de que haya reclamaciones y que, incluso, se recurra a la vía judicial. Un ejercicio de transparencia que pretende que las pruebas de acceso sean más justas.

La medida se implementará en 2020 y constituirá una revolución en las pruebas de acceso a la Policía Nacional. De este modo, la institución se blindará ante la avalancha de reclamaciones que, edición tras edición, plantean los opositores sobre las entrevistas personales.